El acceso a internet de los niños y niñas trae una serie de riesgos que afectan su bienestar físico, emocional y social. El mayor peligro es la exposición a material violento, pornográfico y extremista.
El ver este contenido tiene un impacto negativo en el desarrollo cognitivo y emocional, así como en la percepción del mundo.
Por otro lado, existe la amenaza del acoso cibernético, donde ellos y ellas son víctimas de intimidación, manipulación y extorsión. La privacidad y la seguridad de los datos personales en la web es lo más vulnerable, muchas apps y páginas web recopilan información de los usuarios, la cual es utilizada para fines publicitarios o incluso para actividades maliciosas, como el robo de identidad o phishing.
De esta forma pueden ser presa fácil de depredadores en línea que se hacen pasar por amigos para ganarse su confianza y luego explotarlos.
Los padres tienen la responsabilidad de supervisar las actividades en línea de sus hijos y estar conscientes de estos peligros. También, controlar el tiempo que utilizan los celulares y las tablets estableciendo reglas claras sobre el tiempo en pantalla.
Los adultos deben proporcionar actividades alternativas y fomentar el juego al aire libre y la interacción social fuera de línea. Esto ayuda a equilibrar el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas y promueve un estilo de vida saludable y activo. También, pueden utilizar herramientas de control parental y filtros de contenido para limitar el acceso a sitios web y aplicaciones inapropiadas y monitorear las actividades de los niños y niñas.
