El 8 de marzo, es una fecha que nos invita a reflexionar sobre la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida. Uno de los temas fundamentales es la deconstrucción de los roles tradicionales, estos han perpetuado la idea de que el trabajo doméstico y de cuidado es responsabilidad exclusiva de las mujeres.
Sin embargo, es crucial reconocer que el trabajo no remunerado, incluye labores domésticas, cuidado de niños y personas dependientes, así como trabajo comunitario, el cual es fundamental para el funcionamiento de la sociedad. Este se ha invisibilizado sin valorarse, contribuyendo al bienestar de las familias y comunidades.
Es indispensable promover una distribución equitativa de las responsabilidades domésticas y de cuidado entre hombres y mujeres, fomentando la participación activa de los hombres en estas tareas incentivando el equilibrio entre la vida laboral y familiar para ambos.
La transformación de los roles de género y la valoración de este tipo de trabajo requieren de un esfuerzo conjunto de la sociedad. Solo así podremos avanzar hacia un mundo más justo, inclusivo y equitativo para todas y todos.
Este 8 de marzo, reafirmemos nuestro compromiso con la igualdad y el reconocimiento del trabajo no remunerado como pilares fundamentales de una sociedad más justa y solidaria.
