El DIY ó Do It Yourself (DIY): se traduce “hazlo tú mismo”. Y aunque el DIY va más allá de hacer manualidades es “Una oportunidad de desarrollar arte o diseñar un objeto de decoración único”.
Son actividades accesibles, que les permite hacer arte por sí mismos. Método ideal para que educadores y padres lo pongan en práctica con ellos, consiguiendo los siguientes beneficios:
Trabajar hemisferio derecho del cerebro, relacionado con la expresión no verbal, las emociones y la visión espacial.
Incentivar creatividad, con su imaginación convierten sus proyectos en algo real.
Fortalecer memoria y estimular desarrollo psicomotriz, sobre todo la motora fina trabajando texturas, densidad y tamaños diferentes, alcanzando niveles adecuados de precisión y coordinación.
Reforzar autoestima, creando objetos valiosos con sus propias manos, llenándoles de satisfacción, convirtiéndolos en regalos para los demás.
Mejorar concentración, aportando beneficios a lo largo de sus estudios y en su vida profesional, sobre todo en el contexto actual de la distracción tecnológica.
Ayudar a relajarse, olvidando fuentes de tensión (exámenes, deberes o alguna situación que podría generarles estrés).
Potenciar agilidad y rapidez mental, ayudando más adelante a tomar decisiones en menos tiempo.
Cultivar paciencia, permitiendo la tolerancia.
Valorar esfuerzo, con un trabajo bien hecho y la satisfacción de conseguir un buen resultado.
Trabajar en equipo, fortaleciendo sus habilidades sociales, y la importancia de cooperar logrando metas en conjunto.
¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?
¡Haz clic en el pulgar para puntuarlo!
3.8 / 5. 5
Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.
¡Siento que este contenido no te haya sido útil!
¡Déjame mejorar este contenido!
Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?